lunes, 16 de abril de 2012

Sólo nuestro...

Alcé mis brazos arriba y dejé que el fino viento acariciara mi rostro, saboreando por primera vez la verdadera libertad a su lado. En mi mente se agolparon millones de sentimientos que nunca he sido capaz de describir y mi sonrisa se convirtió en mi único tatuaje cada vez que él me observaba con su desconcertante sonrisa. Unos pocos segundos fueron suficientes para hacer que una felicidad completamente desconocida para mí calara todos mis sentidos y quedaran atrapados por él. Como si a su lado fuera capaz de palpar y moldear cada sueño que me regalaban las cálidas noches de aquel verano perdido. Ninguna palabra quedó jamás escrita, pero sé con certeza que cada instante fue verdadero, porque fue nuestro, solo nuestro y eso fue el detonante que hizo acelerar dos corazones perdidos, haciendo que se uniesen y encontrasen un lugar a salvo entre ellos, en un lugar donde solo aquella canción fue capaz de despertar en un escondido rincón valioso de nuestras infranqueables mentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario