Ven. Mírame. No digas nada. No quiero saber cual es tu nombre, ni donde vives, ni qué te gusta hacer. Sólo quiero que me mires y sentado a mi lado, disfrutemos juntos este momento. Sin preguntas. Sin respuestas. Sólo tú y yo, dejándonos llevar por este instante del caprichoso destino. Simple. Fácil. Precioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario