jueves, 8 de marzo de 2012

La única sonrisa de mi alma...

Esta es una noche silenciosa, donde los pequeños atisbos de luz que huyen de las sombrías pesadillas se cuelan por mi ventana. En este acosador silencio consigo acurrucarme entre mis recuerdos y sentir los golpes de mi corazón como agujas de un viejo reloj que giran atrás en el tiempo. En el aire corren millones de motitas que adornan el santuario que me protege de millones de balas inertes, disolviéndolas en el viento como si no fuesen nada más que polvo blanquecino.
Guardo este precioso momento dentro de mí y soltando con un suspiro todos los secretos que he olvidado, sonrío mezclando una extraña sensación entre deseos y melancolía. Como si fuese capaz de romper millones de estrellas que nadie mira palpando la intensa paz que ruge en mi interior. Son indiferentes mis pensamientos a este sentimiento que nunca he llegado a comprender del todo. Disfruto del leve cosquilleo que escupe mi leve respiración y cerrando los ojos siento que vuelvo a ser yo misma.

Sé que no estoy sola y por primera vez en mi vida, me confieso a mí misma todas las horas que han transcurrido sin decir una palabra, intentando comprender cada diminuto paso que daba. El sofocado destino vuelve a unir dos almas muertas para rehacer unidas dos bellísimas vidas. Se me escapa una sonrisa. La única sonrisa de mi alma... solo junto a ella.

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