miércoles, 19 de agosto de 2015

Sé sincera contigo misma


No te prometeré luchas que solo asciendan, porque hace mucho que dejé de ser una heroína. Si me gritas me romperás en mil pedazos, porque los golpes duelen igual, incluso cuando sabes que los moretones no dejan rastro con el tiempo. Nunca creas cuando te digan que soy la más fuerte; puedes robarme todo lo que soy con dos palabras, aunque no termine de desvanecerme. 

Me importa más lo que digan los demás que lo que yo misma siento, pero intento con todas mis fuerzas que eso no me detenga de hacer lo que realmente deseo. Por eso salto, y lo hago con los ojos cerrados; porque sé que es el único camino para enfrentarme a mis miedos. Después podréis reprocharme que esté en el llanto al terminar cada acto, pero no me arrepiento; lloramos porque nuestras heridas pican al sanar. No me arrepiento de nada, aunque rara vez me sienta orgullosa. Soy un desastre con la vida, aunque ahora, por primera vez, no me da miedo verme sangrar, por mucho que mi orgullo llore en silencio. 

Estoy en el camino y nadie observa el camino recorrido, aunque sí mi cuerpo destartalado, y en ocasiones juro que llego a creerme sus mentiras. Estoy aprendiendo a quererme... y eso, no es la batalla perdida de un solo día.

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