Querida libertad, hazme soñar con mi paraíso oscuro en la eternidad

Existe un simple sentimiento. Justo donde se rompen todos mis latidos. Fluye dentro de mí hondeando mis pensamientos con el aire de la confusión de ese amor que nunca llena del todo. Cierro los ojos y tan solo veo un paraíso oscuro que me empuja a volar sobre un cielo púrpura que me espera eternamente. No deseo despertar de esta inalcanzable ilusión. Siento de pronto que todo en mi vida encaja a la perfección. Me encuentro en una pequeña esquina de la luz de mis tenues sueños y respiro aliviada al comprobar que no me he ido nunca. ¿Donde estoy? Estoy en el paraíso, detonando la libertad sobre mi ser desnudo y saboreando mis palabras cargadas de desconcertante locura.