viernes, 3 de agosto de 2012

Corre la vida...

y la vida corre y corre. Veloz y rápida. Sin esperar a nadie, y sin permitir que nadie le espere a ella. Pasa todo muy veloz. Y para cuando te das cuenta, todo lo que deseaste que comenzara con tanta ansia, termina, y no volverá jamas de nuevo a tu vida. Es una realidad triste y precisa. Es la vida misma entretejiendo los hilos de la experiencia en nuestra alma. Nos esforzamos en correr para que el tiempo pase más deprisa, pero al final tan solo deseamos quedar enredados en nuestro pasado. Curioso el destino, curioso el tiempo, curiosa la vida, que corre y corre, y no garantiza ninguna salida.

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