Rajo cristales y se escapan con su crujido millones de gritos desesperados de los reflejos que se han mantenido rotos y perdidos...retenidos en un lugar lejano, irreal.
Quemo millones de revistas y desprenden sucias mentiras que cazan nuestra mente, encarcelándolo a su antojo, atándolo a palabras vacías e irreales que creemos ciegamente por temores que nadie será nunca capaz de pronunciar.
Corto cables que nos conectan a un mundo inexistente, sintiendo como lentamente millones de corto circuitos estallan en mi piel, mostrando la cara más sucia de la sociedad.
¿Tan difícil es vivir sin ser criticado o juzgado por personas que mantienen su corazón tintado por promesas de billetes que jamás tendrán?
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