jueves, 19 de mayo de 2011

Oscuridad

Me siento en la oscuridad. Me reconforta, me tranquiliza. Aquí siento que puedo esconderme del llanto hasta que salga el sol de nuevo y me muestre lo dura que es la realidad. Cierro los ojos despacio, intentando no estropear el momento. Me dejo llevar por el melancólico sonido de los violines que proceden desde mis sueños. No necesito demostrar nada, nadie me puede ver. Siento que ya no tengo ganas de gritar y el nudo de mi garganta ha desaparecido. No quiero pensar en nadie, aquí solo existo yo. De repente caigo en la cuenta de que nadie me comprende y una tímida lágrima atraviesa mi pálida mejilla. No ahora. Aquí no. Para por favor. Aprieto mis ojos como si pudieran evitar que mi tristeza se reprodujera. Pero no lo hacen.

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