miércoles, 9 de marzo de 2016

Dejé hace tiempo de ser objetiva con tus ojos.
No puedo hacerlo si en lo que me empeño es en protegerte del dolor 
a través del sufrimiento.

De todos modos, 
no deseas escuchar a nadie desde hace tiempo.
y comienzo a sospechar
que es porque no puedes oirte a ti misma
si no es en forma de compasión.

Te consumes con tus propios pensamientos.
Y no hay nadie que pueda rescatarte de tus preguntas.
Nadie que venga a salvarte.
Nadie que acune tus miedos 
sin utilizar tus manos en forma de salvavidas.

Tus borracheras son como un cartel de socorro
entre tus dientes,
como un intento de vuelo sin alas.
Creo que ni siquiera a mí debes escucharme.

No, no debes hacerlo.
Eso sería precisamente ir en contra de mis consejos:
Debes aprender a escuchar hacia dentro, 
porque tus heridas no se pueden coser desde fuera.

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