Sé que a lo largo de mi vida me tropezaré
muchas veces. No soy perfecto. Y tú tampoco. Sé que te da miedo cometer
errores. Pero deseo que cada vez que caigamos, no caigamos por separado y que
pisemos el mismo suelo, para así, poder sostenerte cuando ya no puedas
levantarte, y ayudar a levantarte, incluso cuando yo esté desangrado por tu
dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario