Un corazón va muriendo poco a poco. Como si cada latido, fuese u suspiro que le acerca cada vez más a la muerte. La esperanza y la lusión se van esfumando, dejando atrás sentimientos que ahora no son más que recuerdos. El aterrizaje de una bella ave, tan olo es hermoso si sabemos que luego llegará a despegar con la misma delicadeza y elegencia. La vida es, un suspiro que nos conceden para demostrar si somos o no dignos de la muerte. Por desgracia, la vida nos guarda de regalo demasiadas noches frías en las cuales, ni el más audaz pensamiento, podrá refugiarnos del silencioso invierno. Debemos alcanzar la meta más alta de nuestra vida, por mucho que eso nos conyeve arriesgar tantos otros sueños que tan solo desprenden incoherencia. Ser consecuente de nuestros actos ha sido siempre un hecho, no una opción que nos conduce surcando lágrimas hacia un futuro merecedor. El arte y la belleza, no siempre van unidos, y es por eso que tan solo debes confiar en la tenue belleza que desprenden nuestros más sinceros sentimientos. Hay que saber apreciar ua vida delicada, para que después, acarreen en nuestra conciencia las representaciones dde la paz de la muerte. Deja a tu corazón morir despacio.
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