viernes, 6 de julio de 2012

Tan sólo páginas vacías...

Mi mente confusa, ha dejado de recitar palabras sobre su estado para que la decadencia de mis sentimientos fluya a través de los secretos que nunca han llegado a nacer. Describo miles de sentimientos cada día, pero ninguna me pertenece. Como si alguien hubiese robado mi vida y ahora no pudiese hacer más que conformarme viendo como mis actos escurren el tiempo. Si fuese completamente sincera, sé que de mis labios no brotaría ninguna palabra. Mi cobardía me empuja cada vez con más intensidad a una extraña soledad que me mece en un silencio capaz de agujerearme el alma. Sin embargo, no es miedo lo que siento, ni siquiera tristeza, tan solo el vacío que desorienta hacia la extinción las lágrimas que nunca han  logrado descender por mis pálidas mejillas. Hasta ahora me he dejado gobernar por el olvido, realmente sin darme cuenta de que olvidar, no es lo mismo que superar. Porque, aunque me abstengo a pensar en el futuro de un pasado irreprimible sé que algún día quedará una página vacía, y que yo, al fin, no podré escribir ninguna palabra que me sirva de salvavidas en este mar de confusas olas perdidas, llamado vida.

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