miércoles, 29 de febrero de 2012

Tiñe de negro mi sonrisa...

Otra vez quedan firmadas mis lágrimas después de ese punto final que sólo yo soy capaz de percivir. Todas las sonrisas aparentemente impregnadas de felicidad se tiñen de negro cada vez que la verdad agujerea mi piel, haciendo que la sangre se deslice rápida sobre mi pálida mejilla para poder escaquearse de palpitar por los chillidos que empañan mi helado corazón.
Camino sola, como siempre lo he hecho, arrastrando mis pesados pies por las ilusiones que jamás quedan grabadas sobre la consternada arena de mentes sin propiedad. No veo ningún futuro, sólo queda oscuridad. La felicidad es para mí una piadosa mentira de una idea entrecortada por el dolor. Toda mi vida es un nudo interminable de mentiras y silencios, es por eso que sólo sonrío cuando no estoy aquí, cuando siento que soy otra persona, que no soy yo.

Estoy cansada de no ser capaz de mezclar la realidad con los destellos de fantasía que deambulan por mi mente. Siento mi alma muerta, ya no me queda nada por lo que luchar y se ha rendido, dejándome tirada con la inevitable sensación de haber caido bajo los pies del mismísimo diablo. Un ángel de alas negras a la que nunca le han permitido volar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario