jueves, 21 de julio de 2011

Una simple espectadora

Dejo que el suave viento primaveral sople mi delgado rostro. Es una brisa frágil, como yo, a punto de desplomarse en cualquier momento. Mi respiración se corta durante unos segundos, y hace que todo se vuelva más fácil, más sencillo. Es un momento de tranquilidad que me han arrebatado desde hace mucho tiempo. Ahora mismo no pienso en nada, prefiero dejarme llevar y alejarme de todo. Me vuelvo de piedra en un segundo, y no me muevo para no estropear nada. Esta es mi única manera de desaparecer sin haberme ido, de volar sin alas, de respirar sin oler nada y de ver el mundo como si no estuviera viviéndolo, siendo así una simple espectadora.

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