Guardo mis pensamientos en mí misma, donde nadie tenga la curiosidad de buscar. Siento mi mente vacía, como si nunca hubiese husmeado en ella, lo único que hago es observar. No siento nada en concreto, creo que es una pequeña porción de todo lo que llevo dentro.
Todo se balancea suavemente y queda sumido en un inmenso silencio, eternamente reconfontable. Todo sube y baja, se pierde, desaparece... es como un sueño que huye del despertar. Yo estoy aquí, pero mi alma corre lejos, a un lugar donde se guardan todos esos minuciosos reflejos de una belleza indeterminable.
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